Cuando el arte no entiende de límites es capaz de convertir una piedra en una bella escultura. Observar el antes y el después en el trabajo de la artista Encarnación Rudilla Medina nos enseña cómo la naturaleza puede transformarse en una exposición como la que ha titulado Origen y Transformación de la Piedra, que actualmente y hasta el 15 de marzo se expone en el Museo Histórico y Arqueológico de Baena.
La muestra estará disponible hasta el 15 de marzo
Treinta piezas componen esta colección elaborada a base de piedras, como el granito o el mármol, y detalladas con piezas de hierro o acero inoxidable, que terminan de darles el sentido que busca su autora en ellas. No sigue una temática determinada, por eso encontramos tallas tan diversas como un barco, un corazón, una rosa, varios bustos, un gallo o unas zapatillas de ballet. “Yo recojo las piedras directamente en el campo y cada una me inspira algo diferente. Algunas por su forma pueden sugerirte algo puntual pero hay otras que son como un folio en blanco”.
Las esculturas van acompañadas de una foto en las que viene explicado el proceso de cómo ella recibe la piedra y cómo la va transformando, tallándola, hasta llegar al resultado final. “El texto también explica la simbología de cada piedra y muchas de ellas están relacionadas con la historia, en concreto una de ellas con Carlo Magno”.
Las esculturas van acompañadas de una foto explicativa del proceso creativo
La autora, Licenciada en Ciencias Biológicas, empezó a moldear barro con 18 años y a esculpir en piedra a partir de un viaje que hizo a París, “llegué de Francia, tras visitar el Museo D’Orsay y ver una escultura de Modigliani con unas líneas tan básicas y bellas, que sentí que eso lo podía hacer yo”. Totalmente autodidacta reconoce que su gran salto fue “pasar del cincel a usar la radial”, a la que tenía pánico.
La autora también ha señalado que su principal objetivo es mostrar que se puede crear a partir de elementos muy simples y “que cualquier cosa que imagines se puede llevar a cabo”.