Artículo y fotografía de José Manuel Cano de Mauvesín
Revista Tambriz • nº 4
Baena se despuebla. Esta realidad incontestable reflejada en los cientos de anuncios inmobiliarios que inundan todos sus barrios y en el manifiesto deterioro de numerosos inmuebles situados fundamentalmente en el casco antiguo, es el fiel resultado de una política urbana que, al igual que ocurrió en el resto del país, no fue capaz de retraerse al arrollador empuje del conocido como ‘boom del ladrillo’. Sin embargo, antes de analizar pormenorizadamente las causas directas e indirectas que han propiciado la actual situación, convendría conocer los antecedentes históricos de un fenómeno que ya ocurrió anteriormente en la localidad y del que, lamentablemente, se aprendió poco o nada como para evitar que hoy día nos veamos abocados a sufrir de nuevo sus desastrosas consecuencias.
Remontándonos a los primeros años de la reconquista cristiana (1240), la ciudad conservaría un casco urbano más o menos inalterable ya que si bien es cierto que en las décadas posteriores existió un flujo migratorio de la población musulmana hacia el incipiente reino de Granada, no lo es menos que el vacío que dejaron fue cubierto rápidamente con repobladores de León y Segovia y en menor medida de la cornisa cantábrica que, tal y como relatan las crónicas de la época, acudían a la zona fronteriza “como a bodas reales” atraídos por la feracidad de sus tierras y la baja presión fiscal que los distintos monarcas solían aplicar a los nuevos territorios incorporados a la Corona.