Cortijo de Izcar
Texto por Ramón Bujalance
Fotografías por José Luis Serrano
Revista Tambriz • nº 4
El cortijo de Izcar, de la familia Gayá de Prado, se ubica en la margen derecha del río Guadajoz, próxima a su confluencia con el Marbella. Este cortijo es famoso desde la antigüedad por haber sido el asentamiento de una ciudad íbero-romana y toma su nombre del antiguo municipium ipcense, que aparece citado por distintos geógrafos romanos. Éste se mantuvo bajo el nombre de La Aldea hasta bien entrado el siglo XVI. El cortijo, de una gran extensión, casi en su totalidad de olivos, formó parte hasta el siglo XIX de la hacienda de los marqueses de Iscar, que recibieron el título en 1679. Tras su venta pasó a la familia de Prado, que a su vez lo subdividiría en los distintos previos que hoy lo componen y que pertenecen a diversos propietarios.