Cortijo Rivillas
Texto y fotografías por Ramón Bujalance
Revista Tambriz • nº 2
El cortijo Rivillas las Altas, propiedad de la familia Hita, es un espacio de esos que desprenden un aroma especial. El patriarca, Vicente Hita, llevaba a la familia durante la recogida de aceituna; y siempre cumplía con la misma norma: cuando acababan, se realizaban los arreglos pertinentes para la próxima campaña. Es un cortijo hermoso, que recuerda a los de las películas, con varios patios interiores: uno andaluz con naranjos, donde están las habitaciones de los aceituneros; y otro, con un pozo, frente a un parral, canalizado para recoger las aguas de los tejados y la lluvia para beber. En el primero, existe una capilla, con un santo que tuvieron que sacar en una ocasión para que dejara de llover. Quién sabe si habrá que volver a sacarlo, pero esta vez para que llueva.