Texto de Tania Abril
Foto de Revista Tambriz

Revista Tambriz • nº 8    

El mundo de las letras gana una nueva escritora: Ana Rodríguez. Ediciones Tambriz publica Amianto (2018), la primera novela de la campanariense, inspirada en sus propias vivencias y donde saca brillo a sus recuerdos. En algo más de 200 páginas Ana Rodríguez relata como la muerte de su padre marca un punto de inflexión. A través de los ojos de Julia el lector vivirá la historia durante los años 70-80 de una familia que se traslada de un pueblo de Toledo hasta Sevilla, donde su padre trabajará en una fábrica de amianto.

La obra ha contado con una gran acogida y ya está en la calle la segunda edición de este trabajo, que como la propia autora comenta “hay libros que traspasan, que evocan, que inspiran o atrapan, libros que enganchan y en este caso, el mío para mí, que salvan. Espero que a vosotros también os salve de alguna manera, o os ayude a libraros de la carga que supone lo cotidiano y cuando lo terminéis os quedéis con ganas de más”. Así de tajante suena la extremeña que confiesa que para ella Amianto es “un sueño hecho realidad, una prueba de acceso al maravilloso mundo de la narrativa, que me ha ayudado a calibrarme como escritora y a confiar más en mis aptitudes”.

“Escribir es una manera de vivir”, dijo Flaubert y para Ana Rodríguez, aunque de forma oficial no lo había hecho hasta ahora, su amor por la literatura siempre había estado latente. “Es algo que me ha gustado siempre, en Bachiller me incliné por las asignaturas de Letras y mis trabajos de redacción me procuraban muy buenas notas.

No se si es acertado hablar de motivación creo que es algo más bien vocacional, el hecho de tener tiempo es algo que en mi caso ha dado vuelo a este proyecto”, indica la autora que ha encontrado en la escritura una forma de evasión en un momento delicado de su vida. De hecho, señala a su marido como el principal instigador –por decirlo de alguna manera–, ya que “su pérdida ha supuesto para mí un toque de sensibilidad que he logrado canalizar en esta novela desviándome del punto doloroso de esa circunstancia”.

Artículo completo en el nº 8 de la Revista Tambriz