Fotografía por Antonio Galisteo ‘Gali’ Texto por Tania Abril
Revista Tambriz • nº 4
Cuando la sombra camina a nuestro lado tememos tropezar con ella, que nos hable, que nos adelante, pisarla –¡Ay!– y dejarla en la estacada. Una vez cometido el delito, asustados aceleramos el paso para no ser descubiertos en nuestra torpeza. Y de pronto… descubrimos que nos persigue de nuevo preocupada y casi al mismo compás. Miramos de un lado hacia otro, y ella continúa detrás, doblamos la esquina, cruzamos la calle esperando despistarla, pero ella sigue tras de ti como ese sentimiento intenso de admiración hacia nuestra persona, que ni nosotros mismo entendemos. Nos comprende, nos perdona y vuelve a posicionarse a nuestro lado; ahora caminamos juntos, ella nos hace sentirnos más altos, más delgados y más aptos. Ella es la sombra del fervor ¿o el fervor en la sombra?
