Texto de T. Abril y R. Bujalance
Foto de Elena Grausen

Revista Tambriz • nº 10    

Tarraconense de nacimiento, madrileña de adopción y con sangre andaluza en sus venas, Elena Grima (1986) como mujer, feminista y pedagoga; y Grausen, en su faceta más literaria, poeta y escritora, llega a las páginas de Revista Tambriz con un toque fresco, joven y con bastantes ganas de contar. De reflexionar, de escribir e interpretar como la literatura nos habla, nos eleva o nos hace soñar, porque para ella, como para nosotros, la cultura es una manera de vida.

Elena Grausen se define como proactiva y comprometida y define el género literario de la poesía como «la capacidad de habitar en otras pieles sin pedir permiso». En esta ocasión os la presentamos, en los próximos números será ella quien nos enganche a su estilo.

¿Dónde nace su admiración y gusto por la poesía?
No recuerdo que edad tenía cuando escuché por primera vez a mi abuela María recitar, pero fue el sonido de su rima el que me llevó a admirar este género que te abre en canal y te sacude. El primer libro que leí fue Rimas y Leyendas de Bécquer, con ese olor amarillento de prisa desgastada. Y aunque reconozco que no fui buena lectora, escribo desde que aprendí a coger un bolígrafo con la zurda. Ha sido tarde y en Madrid, cuando me he dado cuenta que para aprender a escribir, primero hay que leer a los que saben, pues aquí sigo, creciendo con la tinta y las letras en las manos.

¿Qué es poesía para Elena Grausen?
Si tengo que definirla en una sola frase, me acojo siempre a la misma: es la capacidad de habitar en otras pieles sin pedir permiso.

¿A quién admira Elena?
Admiro a los artistas, en general. Me parecen seres excepcionales con mucho que decirle al mundo a través de sus creaciones, y el mundo necesita escuchar arte en todas sus formas. Porque a través del arte se educan todos nuestros sentidos. Y una sociedad creativa es una sociedad que piensa y progresa.

Entrevista completa en el nº 10 de la Revista Tambriz