Texto de Tania Abril
Revista Tambriz • nº 4  

Suenan los primeros acordes de una canción. Un escalofrío recorre tu cuerpo y el vello se eriza. Tu mente viaja a la velocidad de la luz y proyecta tus recuerdos al compás de la música. Eso podría ser sinestesia. La capacidad de asociar colores a la música, o simplemente evocar una sensación a través de otra. Los científicos lo definen como un fenómeno psicofisiológico que sólo experimenta un diez por ciento de la población de nuestro país. Éste es un fenómeno asociado a personas creativas, relacionadas con el mundo del arte, la poesía o la música, que tiene en Baena un claro exponente: La Espiral.

La formación musical, nacida en 2005, compuesta por Fran Vergara, batería; Paco Lama, voz; Rafa Reyes, bajo; José Antonio Jaime (Steve), guitarra y Juan Carlos Sánchez, guitarra, vuelve a ‘girar’ con su segundo álbum que lleva como título Sinestesia. Se trata de un disco de doce canciones –grabado y masterizado por Javier Quero– con sonido fresco y “color sepia”, con letras contundentes llenas de trasfondo y significado, que juegan con la ambigüedad del mensaje. “Un mensaje que se cuida al igual que la forma. No nos gusta la chabacanería”, asegura Juan Carlos Sánchez, quien además de tocar la guitarra compone gran parte de las letras de La Espiral junto a colaboraciones como la del poeta, Alfonso Cabello, Francisco Javier Sánchez o Carmen C. Sánchez del grupo La Rosa Gris.

Reportaje completo en el nº 4 de la Revista Tambriz