Detrás de un barrio bonito siempre hay vecinos volcados en su mantenimiento. Precisamente, este es el caso de la calle Amador de los Ríos de Baena. La popularmente conocida como la calle Llana luce unas fachadas arregladas y engalanadas en estos días cercanos a la Navidad gracias al esfuerzo de sus habitantes y al cariño que le ponen.

De esa entrega surgió la idea de crear un mercado con muebles y decoración en la esquina en la que cruza con la calle Ruíz Frías. Una iniciativa que han sacado adelante Asunción Tarifa y Socorro Burrueco, quienes se turnan en esta tienda improvisada que ya lleva abierta una semana.
“La gente se está volcando mucho, les está gustando porque es una idea innovadora, hemos mezclado un poco todos los estilos con los muebles, adornos, cuadros, jarrones… la idea era tener una colección variada para todos los gustos y bolsillos”, explica Sensi, quien comenta también que todas las piezas que se venden han sido dejadas en depósito por coleccionistas, artesanos, anticuarios y particulares, y que para adquirirlas sólo hay que realizar una donación.

“La gente se está volcando mucho, les está gustando porque es una idea innovadora»

En estos días que llevan abriendo, en horario de mañana y tarde, han recibido muchas visitas tanto de vecinos de Baena como de turistas, por lo que están consiguiendo el objetivo de mantener una afluencia de gente en esa zona. “El casco antiguo tiene muchas necesidades y tenemos que ponerlo en valor, porque nuestro pueblo tiene mucho potencial y tenemos que concienciarnos y cuidarlo como se merece”.
Todo este tipo de actividades son un reclamo turístico, pero también una ayuda para que se visiten los pequeños comercios de la zona y para que el centro histórico se mantenga vivo. “O se fomenta la actividad y las visitas o muere”. Sensi se lamenta del abandono que sufren ciertas áreas, en parte, por la despoblación que han sufrido en los últimos tiempos.
Por eso, se alegra de los centenares de personas que ha visto subir estos días por las calles más emblemáticas para sacarse fotos y ver los adornos navideños. “Lo importante es motivar a la gente para que suban hacia esta zona y hacia el castillo y el convento”. Con esta idea, todo el dinero que recauden, hasta pasados los Reyes, irá destinado a seguir mejorando el casco antiguo y a dejar una decoración fija y adecuada para el entorno. “Eso es lo bonito y lo que hay que mantener”, concluye.

«El casco antiguo tiene muchas necesidades y tenemos que ponerlo en valor»